¿Quién no se ha preguntado alguna vez para qué está aquí? Eckhart Tolle dice que todas las personas tenemos un propósito interno y otro externo en la vida:
“El propósito interno se relaciona con el Ser y es primario. El propósito externo se relaciona con el hacer y es secundario. El interno es un propósito que compartimos con todos los demás seres humanos, porque es el propósito de la humanidad, despertar, permitir que la consciencia fluya en lo que pensamos, sentimos y hacemos. El propósito secundario es aquello que deseamos lograr a través de lo que hacemos en este presente en el que vivimos. Y ambos están unidos, el momento presente abre la conciencia y nos pone en armonía con el todo y entonces el todo o la totalidad de la vida, actúa a través de nosotros.”
En el camino del descubrimiento y trabajo interior conmigo misma, he ido encontrando 3 propósitos esenciales, que me atrevo a resumir de esta manera:
- Aprender a ser “ser humano”, el primero y fundamental, sin él no seremos ni estaremos. Y aquí podría englobar el propósito interno y externo antes mencionado
- Nuestro propósito vital, aquel en el que brillamos de forma natural y para el que de algún modo hemos venido a manifestarnos y que es único; aquello para lo que la vida nos necesita una vez que comprendemos quienes somos realmente
- Y un propósito extra para nuestro clan familiar y para los sistemas en los que vivimos, aquello para lo que nuestro clan o sistema nos requiere y que en principio, estamos llamados a trabajar para ellos y nosotros y estar al servicio.
No perderlos de vista tras nuestro despertar, tras descubrir que somos más de lo que parece que somos entre otras cosas, es una gran hoja de ruta. El camino hacia el interior se irá manifestando a medida que trabajemos con ellos, para integrar los aprendizajes que necesitamos integrar y así acceder a niveles de conciencia mayor.
Así, que una vez iniciado el camino del desarrollo o cultivo personal y trabajando en él, se abren para nosotros con mayor claridad estos 3 propósitos, que de alguna forma contendrán algunas de las claves de nuestro camino interior, y que al ir integrando se irán manifestando en el exterior.
Vivimos en tiempos privilegiados, puesto que actualmente tenemos acceso más fácilmente, a muchas herramientas que nos permiten realizar este viaje en el que nos embarcamos cuando venimos a este mundo; cada uno tendrá que buscar o encontrar la suya, aquella o aquellas que hablen su lenguaje esencial. Una de las mías, me llegó hace más de 15 años, el Eneagrama, un sistema de sabiduría que nos muestra una magnífica hoja de ruta para recorrer el camino de la conexión, descubrir nuestros propósitos y cómo vivir nuestra personalidad con el ser esencial que somos. ¡Un plan lleno de posibilidades!
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